sábado, 3 de noviembre de 2012

COLISEO UNA DE LAS SIETE MARAVILLAS DEL MUNDO


Construido en el año 80 d.C. por Vespasiano (pero terminado por Tito), el Coliseo de Roma es sin duda el edificio más simbólico de la ciudad, y junto al Vaticano, la imagen de Roma en el mundo.

Luego de haber construido el Arco de Tito (en el año 71 en honor a su hijo mayor, quien destruyó la ciudad de Jerusalén en el año 70), el Templo de la Paz y dos acueductos, decidió erigir (entre los años 72 a 80), el inmenso anfiteatro, que no pudo ver concluido ya que falleció en el año 79. Lo terminó su hijo Tito Flavio, consagrado nuevo Emperador a la muerte de su padre. A fines del año 80 lo inauguró con el nombre de Anfiteatro Flavio (respetando el nombre tradicional de su familia).

 El Coliseo, oficialmente llamado Anfiteatro Flavio, tiene la forma de una elipse de 524 metros de perímetro cuya fachada exterior presenta cuatro pisos de arquerías.
Fue utilizado durante 500 años, incluso después de la caída del Imperio Romano. Aunque muchas partes de su estructura están dañadas por la acción del tiempo y picapedreros en la época medieval, el anfiteatro siempre ha sido visto como un icono de la Roma Imperial.
 
Vespasiano fue uno de los grandes Emperadores romanos que tuvo el mérito de reordenar el Imperio luego de tanta ignominia ejercida por Nerón, quien se suicidó ante de ser depuesto por Galba. La sucesión del Imperio originó en aquel entonces muchos enfrentamientos entre el mismo Galba y los Tribunos Ottone e Vitellio. Primero fue muerto Galba y luego, al ser asesinado de Vitellio, intervino el ejército, que nombró emperador a Vespasiano.

¿Por qué fue construido? Roma siempre quiso y tuvo muchos anfiteatros, como el Circo Máximo, el Flaminius (cerca de Campo de Marte), el Vaticanus (donde ahora está el Vaticano), el Romuli (en la via Appia) y numerosos más. También construyó muchos en otros países del Imperio, recordando, como único ejemplo, el Anfiteatro Romano en la ciudad de Córdoba, en España, una obra verdaderamente excepcional.


En todas las grandes civilizaciones, los anfiteatros fueron muy importantes, porque constituían la fuente principal de diversión popular, después del teatro griego y el romano. Sin embargo, los anfiteatros tenían una estructura diferente, preparada para exhibir habilidades y bravuras mediante competiciones llamadas "ludi", en las cuales se desarrollaban numerosos juegos y deportes, como boxeo, carreras pedestres, con caballos, con carros, luchas greco-romanas, etcétera, llegando también a luchas sangrientas, ya iniciadas formalmente en siglos anteriores. Estos combates se realizaban entre adversarios elegidos (luego llamados gladiadores), que luchaban entre ellos o contra animales feroces.

En la época imperial de Roma, se necesitaba un anfiteatro diferente, que tuviese la posibilidad de ofrecer espectáculos violentos, con derramamiento de sangre, pero con una presentación que transmitiese emoción, que permitiese armar, desarmar y cambiar grandes y fantasiosos escenarios, alojar animales feroces y al personal que los cuidara ("bestiari"), a los gladiadores combatientes (a veces había más de un centenar de ellos en un solo día), adoptar nuevos y originales sistemas para la diversión y el asombro, como montacargas para subir las fieras en el medio de la arena con cierre automático de las aperturas, planos suavemente inclinados y transportables, para unir los subterráneos con la arena en lugares alternativos, etc.

La construcción del Anfiteatro tiene forma elíptica y mide 188 por 156 metros, con una superficie total que cubre 19.000 metros cuadrados, mientas la circunferencia es de 550 metros y la altura de 50 metros). El anfiteatro podía alojar a más de 50.000 espectadores, bien distribuidos de acuerdo a su clase social ("cavea"). Las clases privilegiadas ocupaban el primer piso y, siguiendo el orden jerárquico, la "plebe" se sentaba en el último. Las numerosas escaleras y galerías permitían una rápida salida del Anfiteatro. El Emperador, con su corte, tenía un sitio de privilegio (cubiculum) todo de mármol, a poco más de tres metros de altura sobre la misma arena y al centro de una de las curvas mayores. En frente, en el lado opuesto de la arena y sobre la otra curva mayor, estaban los altos dignatarios del Imperio. El Emperador tenía un pasillo privado para la entrada y disponía también de un pasaje para acceder a los subterráneos. Éstos eran amplísimos, formados por pasillos, celdas, grandes espacios para depósitos de infraestructuras, lugar para las fieras, alojamiento para el personal de servicio, prisioneros, gladiadores, guardias, etcétera. El conjunto debía haber sido verdaderamente impresionante.

 En la edad media el edificio quedó en ruinas y sirvió de cantera para la construcción de otros edificios. Con el renacimiento se empezó a revalorizar artísticamente, siendo fuente de inspiración de muchos artistas.
Fue utilizado durante 500 años, incluso después de la caída del Imperio Romano. Aunque muchas partes de su estructura están dañadas por la acción del tiempo y picapedreros en la época medieval, el anfiteatro siempre ha sido visto como un icono de la Roma Imperial.



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