La parroquia
de Nuestra Señora de Guadalupe se encuentra ubicada en el Cantón El Hormiguero,
Comacarán, San Miguel. Es una de las pocas reliquias que pueden existir en
nuestro país representando el arte románico
lo cual el Románico fue el primer gran
estilo claramente cristiano y europeo, agrupando las diferentes opciones que se
habían utilizado en la temprana Edad Media (romana, prerrománica, bizantina,
germánica y árabe) y consiguiendo formular un lenguaje específico y coherente
aplicado a todas las manifestaciones artísticas.
La parroquia
fue construida con piedra labrada, barro y adornos de madera se impone la
iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe entre las casas de bahareque y concreto
del cantón El Hormiguero, Comacarán.
La iglesia fue construida aproximadamente en 1901 y 1905 por habitantes del mismo cantón. El Hormiguero en ese tiempo se llamaba Moncagüita pero los mineros estadounidenses que llegaron a trabajar a las minas del lugar le pusieron El Hormiguero, por la gran cantidad de guaridas de estos insectos que habían en las tierras que excavaron.
El 15 de octubre de 1577, el municipio de Comacarán,
San Miguel, fue incluido como pueblo en el convenio franciscano de San Miguel
junto a Gueymetique, ambos municipios son de origen lenca.
En 1889 la
familia González tubo la iniciativa de traer de México la imagen de la Virgen
de Guadalupe y la de Jesús Nazareno del Santo Entierro, esto se hizo llevando a
cabo un gran sacrificio, puesto que la trajeron por cordillera. En ese tiempo
no existía iglesia alguna y la imagen de la virgen de Guadalupe fue recomendada
a la iglesia de Comacarán, hasta que se construyera la iglesia donde la virgen
estuviera.
En 1909 dio
inicio la construcción del templo de El Hormiguero para lo cual Don Emilio
González destinó aproximadamente una manzana de terreno.
El Maestro de Obra era Don Hermógenes Romero, vecino del lugar, el cual fue asesorado por los padres franciscanos de San Miguel. La fachada se construyó con piedras talladas, traídas en carreta de la población de “Río Vargas”, cercana al municipio de Uluazapa, la madera utilizada era carreto y guanacaste (maderas finas y muy preciadas en el mundo de la carpintería), un detalle del piso de la iglesia es que una de las baldosas de barro tiene la huella del pié de una niña, que según decir de la gente de la comunidad, es la huella de Doña Guadalupe González, quien era hija de Don Emilio González. Las dos campanas, llamadas María y Conchita fueron traídas de Italia, por medio de poleas se colocaron en su respectivo campanario. Sistemas constructivos: Calicanto en fachada poniente; adobe en fachadas norte, sur y oriente, y mampostería de piedra en fundaciones; y en el interior es de adobe La construcción del templo se concluyó en 1918, con fondos aportados por los mineros y se dedicó a la Virgen de Guadalupe y a Jesús Nazareno del Santo Entierro.
El Maestro de Obra era Don Hermógenes Romero, vecino del lugar, el cual fue asesorado por los padres franciscanos de San Miguel. La fachada se construyó con piedras talladas, traídas en carreta de la población de “Río Vargas”, cercana al municipio de Uluazapa, la madera utilizada era carreto y guanacaste (maderas finas y muy preciadas en el mundo de la carpintería), un detalle del piso de la iglesia es que una de las baldosas de barro tiene la huella del pié de una niña, que según decir de la gente de la comunidad, es la huella de Doña Guadalupe González, quien era hija de Don Emilio González. Las dos campanas, llamadas María y Conchita fueron traídas de Italia, por medio de poleas se colocaron en su respectivo campanario. Sistemas constructivos: Calicanto en fachada poniente; adobe en fachadas norte, sur y oriente, y mampostería de piedra en fundaciones; y en el interior es de adobe La construcción del templo se concluyó en 1918, con fondos aportados por los mineros y se dedicó a la Virgen de Guadalupe y a Jesús Nazareno del Santo Entierro.
El arte
romano, al igual que su arquitectura e ingeniería, se extendió, como su
imperio, a lo largo y ancho del perímetro del Mar Mediterráneo, siendo uno de
los principales exponentes de la avanzada civilización romana.
El arte
romano hunde sus raices en diversas influencias, especialmente del mundo
etrusco y del griego.
La fuerte
organización y personalidad del Imperio Romano exige un arte y una arquitectura
que aúne el carácter funcional con el propagandístico. De esta forma nace un
arte muy centralizado y unitario que abarca todo el imperio, no sólo Roma sino,
en mayor o menor medida, a todas su provincias.
Los romanos
penetraron en la Península Ibérica en el 218 a.de C. y sobre todo, a partir de
la mitad del siglo II a. de C. empezaron a crearse asentamientos estables. No
tardó en generarse una pronta e intensa romanización que duró más de cinco
siglos y que he dejado en nuestro suelo restos arqueológicos de primer orden.
El Arte
Romano tiene su principal manifestación en la arquitectura, tanto religiosa,
como civil. pero otras manifestaciones de primer orden son su magnífica
escultura y en menor medida la pintura.
No cabe duda
que el arte romano es la manifestación artística más significativa de la
historia del mundo occidental, ya que su influencia nunca se ha dejado percibir
a lo largo de los muchos siglos desde su desaparición en toda Europa. No ha
habido momento histórico (quizás el gótico es el arte y arquitectura más
alejada del canon romano) que no haya sufrido en mayor o menor medida su
influencia.
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